• La prima Rosa

    Con tanta mansedumbre el cristalino Tajo en aquella parte caminaba, que pudieran los ojos del camino determinar apenas que llevaba. Peinando sus cabellos de oro fino, Una ninfa, del agua, do moraba, la cabeza sacó, y el prado ameno, vido de flores y de sombra lleno. Garcilaso de la Vega, Égloga III *** La prima…


  • Isabelita, 2

    Me había limpiado los zapatos y arreglado como de domingo; me había afeitado los cuatro pelos de una barba incipiente para después bañarme la cara con el Varon Dandy de mi padre. Mi madre me dijo burlona: «Dónde andarás tú», para añadir: «Ni se te ocurra venir tarde». Mis hermanas me miraban con admiración, como…


  • Isabelita

    No había caído en la cuenta de lo que era disfrutar de una libertad diría que plena: jugar sin restricción, dar las primeras patadas en el equipo de fútbol, andar por ahí con los amigos, ir al rio… hasta que, a los catorce años, el maestro dijo que valía, que podía obtener una beca y…


  • Vida y andanzas de Cosme Vidal. El río

    Según consta en mi Partida de Nacimiento, certifican con mayor entendimiento mi padre Antonio y mi madre Aurora, y atestiguan, porque estaban allí, la tía Ramona, la tía Juana, la tía Jacinta, la abuela Ramona y mi madrina Carmiña, vine a nacer en la que era casa de mis padres un día de noviembre de…


  • ¿Quién era yo para tocarlos?

    En contra de lo que una observación superficial y por lo tanto ligera nos hiciera suponer, el primer manuscrito, que Cosme Vidal me pidió que leyera y comentara, estaba impecablemente impreso en hojas de formato A4 con una impresora láser de calidad, perfectamente editado y paginado, escrito con el tipo de letra Times New Roman,…


  • «Bien limado y polido»

    Recuerdo que me dijo que leyera primero el manuscrito que había sacado, me había mostrado y había vuelto a meter, del bolsillo delantero de la maleta. Alarmado sin fundamento, temeroso por la pérdida de pieza tan encarecida, abro la cremallera y allí está. Y, ¡oh sorpresa! El manuscrito está perfectamente ordenado y sujeto con un…


  • Las rocas errantes

    Pero llegué a casa y Carmela no estaba cual Molly repanchingada en la cama con los pechos sueltos y desparramados. Tampoco yo había comprado riñones de cerdo para freír y desayunar; sólo traía el pan y el periódico a diferencia de Leopold, quien, por su parte, se proveía de revistas literarias cuyas hojas pendían de…


  • Fermín Roldán

    Los encuentros con Cosme Vidal tomaron una frecuencia semanal y esa relación pasó a ser para mí como una droga: percibía un efecto perverso, pero a su vez me llamaba con su adicción como si estuviera hipnotizado por la mirada de una cobra. Así, no faltaba el día en que no deseara acabar con él,…


  • Mañana será otro día

    Pero no todo era eso. No pude evitar pensar, sobre todo después de la aparición de la pelirroja, que se estaba urdiendo un montaje en torno a mi persona, cuestión que luego apoyó Carmela cuando me vio aparecer con la maleta y le conté lo acontecido. ¿Pero ese tal Cosme no sabe conducir? ¿Acaso no…


  • Una mujer pelirroja

    Puede que fueran esa fe desmesurada y esa despreocupación por el destino de sus papeles, fuera de mi concurso, las que me enternecieron y por eso decidí ponerme en faena. De momento me esperaba el engorroso trabajo de tirar de la pesada maleta y de contestar a quien me preguntara que no me desplazaba, según…