Etiqueta: Soledad
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El primer trabajo
Me fui con la copla, con la incógnita que para mí suponía Cosme Vidal. Quizá, y esto es lo paradójico, me inquietaba sobremanera que no presentara doblez ni misterio y me hablara con total naturalidad. Si le comentara a Carmela estas cuitas, me martirizaría y me diría que estaba paranoico, más si le dijera que […]
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La vida como novela
Que se sepa la verdad, me contestó, aunque juraría que acompañó estas palabras con una mueca burlona. Ya lo veo, continué, pero eso es más propio de un trabajo de periodista… Más bien de historiador, me cortó. Eso, más bien de historiador, repetí; en cualquier caso, no estoy en condiciones, se lo confieso, de enfrentarme […]
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Que se sepa la verdad
Qué hago con los textos, le pregunté. Nada, no hagas nada, déjalos como están, me contestó. Carmela me dejó solo en el cuarto de trabajo. Sin proponérmelo, me asaltaron unos sentimientos muy insidiosos a los que cualquiera llamaría celos. No es que Carmela no mostrara entusiasmo por mis escritos, pero me molestaron la aceptación y […]
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«Bien limado y polido»
Recuerdo que me dijo que leyera primero el manuscrito que había sacado, me había mostrado y había vuelto a meter, del bolsillo delantero de la maleta. Alarmado sin fundamento, temeroso por la pérdida de pieza tan encarecida, abro la cremallera y allí está. Y, ¡oh sorpresa! El manuscrito está perfectamente ordenado y sujeto con un […]
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Las rocas errantes
Pero llegué a casa y Carmela no estaba cual Molly repanchingada en la cama con los pechos sueltos y desparramados. Tampoco yo había comprado riñones de cerdo para freír y desayunar; sólo traía el pan y el periódico a diferencia de Leopold, quien, por su parte, se proveía de revistas literarias cuyas hojas pendían de […]
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Mañana será otro día
Pero no todo era eso. No pude evitar pensar, sobre todo después de la aparición de la pelirroja, que se estaba urdiendo un montaje en torno a mi persona, cuestión que luego apoyó Carmela cuando me vio aparecer con la maleta y le conté lo acontecido. ¿Pero ese tal Cosme no sabe conducir? ¿Acaso no […]
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Una mujer pelirroja
Puede que fueran esa fe desmesurada y esa despreocupación por el destino de sus papeles, fuera de mi concurso, las que me enternecieron y por eso decidí ponerme en faena. De momento me esperaba el engorroso trabajo de tirar de la pesada maleta y de contestar a quien me preguntara que no me desplazaba, según […]
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Un pueril desasosiego
Por más que lo intenté, el día no pudo continuar pareciéndose a los anteriores. No era capaz de pensar con la limpieza que había conseguido a base de esquivar influencias y noticias. Mi presente se fue proyectando sin poder evitarlo hacia un desconocido a cuya existencia era completamente ajeno y no quería, aunque se hacía […]