
Uno no los busca —está el mundo para andar buscando—, pero hay libros que lo encuentran a uno. Esto es lo que me pasó con Vidas samuráis, de Julia Sabina, quizá la novela que necesitaba leer en este tiempo de mascarillas y andares huidizos.
¿Por qué? ¿Qué mejor que leerla uno mismo para descubrirlo? simplemente os adelanto que viene muy bien dejarse llevar por una buena obra, ágil, bien escrita y con oficio, en la que los personajes afrontan sus vidas con naturalidad y sin dar la tabarra de puro quejosos.
El asunto es de lo más sencillo: Maribel, veinticuatro años, se desplaza de Madrid a Lille para hacer un doctorado. Qué fácil, ¿verdad? Pues apoyada en un hecho bastante común, Julia Sabina construye un relato en el que a la protagonista no le ocurre nada fantástico ni extraordinario, a no ser que consideremos y reconozcamos que una de las aventuras más importantes de nuestra vida es la de aprender a estar en el mundo y bregar con las dificultades con que cada cual se va topando, todo esto contado con solidez y solvencia, con gran habilidad a la hora de caracterizar personajes, manejar situaciones, giros y sorpresas. Además, en toda la obra se capta una ironía muy sutil, una mirada compasiva e irónica hacia los personajes, y una bastante sarcástica hacia el mundo académico e universitario.
Y para terminar. Por los comentarios que he leído, alguna crítica ya le ha encontrado sitio a esta novela y a la voz de la autora, voz generacional. Lo cual me parece le pone ciertos límites, porque esta autora le puede poner voz a una joven de veinticuatro años o a cualquiera que pase de los cincuenta.
En definitiva, una novela que recomiendo y una nueva autora que tiene todo el mundo de la creación por delante.
Deja una respuesta