Las reglas del género

Los días de descanso se acaban convirtiendo en jornadas de intenso trabajo y, si media el cambio de año, de propósito de limpieza y orden. Llenas la papelera y alguna bolsa de basura de papeles viejos o inservibles, cachivaches y prendas de vestir de las que te habías olvidado y ya no te sirven. Así, ajustas cuentas con lo hecho, los propósitos y los compromisos.

Carmen ríe con mi andar frenético y, cuando le hablo del proyecto de completar la trilogía de Nada quedó de abril, me dice que no me empeñe, que las historias ya están escritas, que cualquier añadido no haría otra cosa que redundar sobre lo contado y haría decaer a unos personajes que alcanzaron la plenitud. Me defiendo como gato panza arriba, propongo nuevos puntos de vista, pero reconozco que tiene razón.

Ocurre que, frente a las pretensiones ‘posrománticas’ de darle plena libertad a la escritura, el autor tropieza con una panoplia de convenciones y reglas no escritas, de imperiosa presencia, no ominosa por ello, que ponen límites a la pulsión de escribir y te ayudan a evitar hacerlo sin ton ni son, a merced del capricho de lo que llamaríamos corriente creativa: uno tiene que poner los límites y el momento del fin. Carmen tiene razón y yo me someto a su juicio, de modo que Nada quedó de abril se queda como está, completa en lo contado, lo insinuado y lo no dicho. Eso no impide incursiones en otros campos, muy trillados, como es la novela negra o policiaca, y por lo tanto sometidos a un sinfín de reglas conocidas y otras que uno va descubriendo, a las que hay que someterse o burlar con ironía y sentido del humor, como han hecho y hacen otros que van por delante. Y pregunto: ¿Se puede escribir sin atender a las reglas del género?

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3 respuestas a “Las reglas del género”

  1. Bienvenido, Alfonso. Es cierto que cuando uno pone el cartel de «Pausa» o «descanso» en nuestras pequeñas estancias de la «red» es, normalmente, para trabajar en otras cosas o poder ver y sentir otros paisajes. Sin duda Carmen, que te conoce tan bien, lleve razón. Yo lo ignoro, pero sí sé que no dejarás de crear porque el afán de escribir, de comunicar, está muy arraigado en ti.
    ¡A por el 2021 con todo ánimo!
    Un abrazo muy fuerte!

    1. A por él vamos, Isabel. Efectivamente, siempre hay algo que ocupa tu tiempo. En cuanto a la trilogía, llevamos un debate largo que se resume en lo que escribo en esta entrada. Intento enfocar la historia desde el punto de vista de Dorotea, pero Carmen me dice que Dorotea ya se expresa a lo largo de las dos novelas, que la Dorotea de este relato es la que conocemos y no merece la pena descontextualizarla recurriendo a una biografía larga y extensa. Creo que es verdad a juzgar por los intentos que he esbozado. De todos modos, Anselmo Fraguela, Irene Solsona, Paulina Sanguino, Soledad, María Luna, el subinspector Casado y otros van cobrando cuerpo.
      ¡Feliz 2021 y un fuerte abrazo!

      1. Me alegro mucho de tan buena noticia.
        ¡Feliz 2021!

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