Comentario de mi amiga Isabel Fernández Bernaldo de Quirós que agradezco enormemente.
De los días oscuros y lluviosos que nos han acompañado últimamente, no solo saca réditos la tierra apagando su sed, sino todos aquéllos para los que la lectura nos es un bien imprescindible.
En mi caso esa sed vital la he saciado con la última novela de mi admirado y querido compañero de letras Alfonso Cebrián Sánchez titulada «Nada quedó de abril / La casa dorada», segundo libro de la serie iniciada con «El libro de Carmelo».
Siempre he opinado que Alfonso Cebrián es un excelente novelista con alma de poeta. He leído todos sus libros con el afán de quien conoce su exquisito lenguaje “El tiempo deposita sobre las cosas una pátina invisible que las avieja y las hace venerables o cochambrosas…”, su gran capacidad creativa, su gran sensibilidad en el tratamiento de los personajes y su maestría en el arte de narrar una historia con la que nos…
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