No soy muy entusiasta; mejor dicho, no soy nada entusiasta de las celebraciones: cualquier día es bueno para rendir homenaje a lo que nos hace humanos. Pero hoy es el día mundial de la poesía y también el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial; lo he oído en un programa de radio y me he dicho: habla de ello. En cuanto a la discriminación, ¿qué más se puede decir? Os invito a pinchar el enlace y podréis leer un texto de las Naciones Unidas, y, además, a realizar un ejercicio muy sencillo: ponerse en el lugar del otro, del distinto. En cuanto a la poesía, he indagado en mi memoria a la búsqueda de un poema que expresara o sintetizara los que me han conmovido a lo largo de los años: aparecían tantos. Así que elijo la RIMA XV de Gustavo Adolfo Bécquer como representante de mi sentido de lo poético.
Cendal flotante de leve bruma,
rizada cinta de blanca espuma,
rumor sonoro
de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz:
eso eres tú.
Tú, sombra aérea, que cuantas veces
voy a tocarte te desvaneces
¡como la llama, como el sonido,
como la niebla, como el gemido
del lago azul!
En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
¡eso soy yo!
Yo, que a tus ojos, en mi agonía,
los ojos vuelvo de noche y día;
yo, que incansable corro y demente
¡tras una sombra, tras la hija ardiente
de una visión!
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