¿Hasta cuándo?

La Lechera (1658), Johannes Vermeer, Rijksmuseum

Miradla bien. Es una obra de arte representada en una obra de arte. Es una mujer joven y robusta. Está volcando la leche de una jarra con pulso, dejando caer la cantidad justa. Hay una luz que la ilumina dejando en ella la claridad justa. Y está viva.

Pensad en todas esas mujeres que son como la mujer del cuadro; todas las mujeres son como la mujer del cuadro.

Hasta que una mano, un cuchillo, un arma de fuego les quita la vida.

Y son manos de hombres, garras de hombres, las que les quitan la vida.

Y no sirve agachar la cabeza, decir, yo no soy así, yo no la maltrato, yo la quiero y daría mi vida por ella.

Ellas ya lo dicen ¡Basta ya! Pero hay que gritar con ellas, sentir con ellas, estar con ellas, ser ellas.

En el día de hoy los noticiarios han hablado de seis mujeres muertas en los últimos días a manos de hombres a los que aún querían o habían querido.

En la Puerta del Sol de Madrid un grupo de mujeres mantiene una huelga de hambre para que acabe esta violencia machista.

¿Hasta cuándo?

Imagen: La Lechera (1658), Johannes Vermeer, Rijksmuseum

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11 respuestas a “¿Hasta cuándo?”

  1. Si, Alfonso, hasta cuando? Sigue la violencia, la injusticia y lo que lleva de dolor. Las voces se elevan, pero me pregunto si encuentran algún eco. No sé si tendrán que pasar muchos más años para que nos demos cuenta que nada se consigue con violencia.
    Muy buena entrada.
    Muchos besos.

    1. No es fácil porque el marco parece que se reproduce entre los jóvenes. Me considero de los que despertamos a muchas cosas con aquello del 68, pero no puedo evitar pensar que algo no salió bien; y eso que creíamos que estábamos cambiando el mundo. Después de tantos años tenemos más cosas, más objetos, pero estamos como al principio.

      En fin, María, me siento mal al comprobar que una gran parte de la mitad de la humanidad abusa y maltrata a la otra mitad, con violencia física, verbal, psicológica y cultural, y sólo se me ocurre que depende de cada uno erradicar de sí mismo ese machismo que no se acaba de ir, y no tolerar bajo ningún concepto ni en ninguna situación ese comportamiento, sin paños calientes.

      Un beso fuerte, amiga.

  2. Me uno a estas mujeres que protestan. Me uno a ti, amigo. También digo hasta cuando. Hasta cuando la violencia machista que maltrata a la mujer día a día. Es un verdadero desastre social. Mujeres que sufren, que han sufrido siempre, pero ahora son maltratadas víctimas de la violencia más brutal… ¿Y quién puede evitarlo? La educación no se preocupa para nada de este problema. Los políticos menos. Es muy triste, muy triste.
    Te mando mi abrazo.

    1. Si se consiguiera que cada uno meditara sobre la magnitud del problema. Porque creo que no se trata sólo -con lo terrible que es- de la violencia que acaba en asesinato; hay otras violencias que llevan a esos extremos: la falta de respeto, el desprecio, el ninguneo, la desigualdad, el sentido de propiedad, el sometimiento a costumbres sociales y religiosas, y el fracaso en la base, en la educación. Y si fallan los políticos, tendremos que ser los ciudadanos los que tomemos de una vez por todas conciencia, para no tolerar ni un desliz en este asunto tan doloroso.

      Buenas noches, Julie. Un abrazo fuerte.

  3. Me satisface mucho que hayas dedicado esta entrada a esta lacra de violencia , que se conoce como machista, y se lleva por delante a mujeres siguiendo aquella frase «la mate porque era mia»… pero hay una marejada de violencia a todos los niveles que es tremendo… violencia de niños contra niños, padres contra hijos y viceversa, violencia o acoso en el trabajo… y un largo etc que parece crecer en progresión geométrica.
    Me gusta mucho la pintura que has elegido para iniciar tu magnifico texto.
    Gracias y un fuerte abrazo.

    1. Hay un mar de fondo que no se sabe bien a qué obedece: se dan explicaciones tan dispares. La libertad no es la causa. La libertad se distingue por estar regulada por un componente ético y un comportamiento moral, además de la aplicación de leyes legítimas y justas, y la aceptación de las mismas. A veces pienso que a lo largo de la historia de los dos últimos siglos se ha vivido bajo la observancia de normas y regulaciones basadas en la conciencia religiosa, y en el sometimiento al poder que ha ejercido la religión (hablo de Occidente), algo que ni la política ni la cultura han logrado sustituir por una ética y una moral laicas, quizá porque el poder no es objetivo del laicismo, con el peligro de que el poder esté siendo superado por la fuerza y la violencia.

      El caso es que ayer el noticiario del mediodía dejó de ser ese runrún de fondo al que no atiendes porque las palabras te van sonando huecas y vacías de contenido, cuando la realidad de los hechos habla de esa «marejada de violencia a todos los niveles», y me dije, no te calles.

      Gracias de nuevo por tus siempre valiosas palabras.

      Un abrazo, Isabel.

  4. ¿Hasta cuándo? … una buena pregunta, Alfonso. Creo que va a peor, el machismo campa a sus anchas entre nuestros jóvenes como un cáncer sin tratamiento alguno … chicos y chicas por igual.
    Feliz noche, amigo, si nos dejan.

    1. Pues eso parece. Cuando parecía que determinados comportamientos empezaban a ser objeto de reproche social, nos encontramos con esta grave reproducción en el ámbito de nuestros jóvenes. Se trata de un enorme reto al que no sólo se responde por la vía legislativa; hay una labor más intensa y profunda que tiene que ver con la familia -sea del tipo que sea- y de su toma de consideración como institución básica en la educación de los menores, además de la escuela. Aunque suene antiguo, creo que hay roles que no se pueden devaluar, que la erradicación del autoritarismo violento no puede llevarse consigo la autoridad legítima que recae necesariamente en quien tiene la obligación y función de educar, en primer lugar con el ejemplo.

      Pasaré por tu antigua casa de Google. Un abrazo.

  5. Ah, Alfonso. Qué duro esto y qué cierto.Y cómo me duele la violencia de este tipo… Gracias por esta reflexión y por este exhorto a gritar junto con las víctimas. Por cada hombre que piensa como tú, una semilla buena germina. Te envío ahora la invitación a Arte y denuncia. ¡Saludos!

    1. Hola, Crissanta,

      Sí, es muy duro y doloroso asistir a todas estas violencias con una fuerte sensación de impotencia en cuanto a lo que llamaríamos actuaciones inmediatas. Venimos de culturas y costumbres altamente machistas, y a nosotros compete erradicarlas. Y no basta, creo yo, con asumir comportamientos formalmente cooperadores: hacer la compra, limpiar la casa, atender a los niños, forzar la gramática… sino, y eso es lo más difícil, reconocer al individuo absolutamente independiente en cuanto a derechos y autonomía personal que es la mujer, como no puede ser de otra manera. Sé que no es fácil para muchos asumir que la mujer no es tu compañera, tu costilla, tu media naranja, tu, tu, tu…, sino un ser independiente, que si se relaciona contigo es porque quiere, y es libre de prolongar o cortar esa relación, y es libre desde la cuna para, en la medida de lo posible, elegir su destino, desarrollarse, crecer, sobresalir, enseñar, parir. Es difícil pero no imposible.

      Muchas gracias por todo. Saludos.

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